Estaciones del Alma:
Para comprender y aceptar los cambios de la vida.
* La escritora Isabel M. Vega nos muestra que en el aprendizaje que vivimos día a día se producen cambios cíclicos semejantes a los que ocurren en las estaciones del año.
El agitado ritmo del mundo de hoy, marcado por el
exitismo y una competencia feroz ha ido provocando un progresivo deterioro en
nuestra calidad de vida, constituyendo una fuente permanente de angustia y
sufrimiento para millones de personas. Nos encontramos inmersos en una sociedad
que nos ha hecho creer que la vida consiste en una especie de carrera, donde
los demás son considerados como competidores o como adversarios.
Frente a este escenario, Isabel M. Vega en su
nuevo libro “Estaciones del Alma” nos invita a transformar a fondo nuestra
manera de ser y de estar en el mundo. El llamado es a expandir nuestra
conciencia y ampliar la perspectiva con que miramos a nuestro alrededor. La
autora nos llama a darnos cuenta que la felicidad no es una meta en sí misma,
sino que es una manera de viajar, y, en ese camino, debemos aprender a percibir
que todas las vivencias - aparentemente positivas o negativas - son valiosas y
necesarias para nuestro crecimiento y desarrollo personal.
“Estaciones del Alma” habla del renacimiento
después de la crisis, destacando el carácter cíclico de las experiencias a
nivel humano y universal, estableciendo una analogía entre los procesos de
cambio interno y aquellos que ocurren en la naturaleza a través de las
estaciones del año.
La autora explica que “tanto las sociedades como
las personas vivimos en la dualidad y atravesamos diversas estaciones internas,
semejantes a las estaciones del año. Todos tenemos períodos de luz similares a
la primavera y otras etapas que nos recuerdan el frío y la oscuridad del invierno.
Cuando se produce un cambio de ciclo hay estructuras que se derrumban para dar
origen a algo nuevo. En este marco, es sumamente importante tener presente que
las crisis no son necesariamente algo negativo, sino que más bien anuncian un
renacimiento. Es en este desplazamiento hacia lo incierto donde se genera un
espacio para que surjan nuevas oportunidades”.
El propósito de este libro es
brindar una acogida, un espacio de calma, de aceptación y de sentido para la
amplia gama de vivencias que a todos nos toca experimentar a lo largo de la
vida, entendiendo que a través de ellas podemos llegar a conocer y apreciar los
distintos matices del paisaje humano.
La invitación es, entonces, a conocer un nuevo
enfoque que nos traerá alivio y serenidad en medio de la vorágine en que
vivimos, porque lo más importante en este tiempo de turbulencias “es
mantener la luz del alma encendida para poder mirar, comprender e integrar lo
que nos va mostrando cada una de las estaciones del camino”.

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