Un día un
discípulo le preguntó a su Maestro, ¿qué debo hacer para no molestarme? Algunas
personas hablan demasiado, otras son ignorantes o son indiferentes. Siento odio
por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas que calumnian.
—¡Pues, vive como las flores! —le
aconsejó el maestro.
—Y, ¿cómo es vivir como las flores?
—preguntó el discípulo.
—Mira esas flores —dijo el maestro
señalando unos lirios que crecían en el jardín. Ellas nacen en el estiércol,
sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono maloliente todo aquello
que les es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche
la frescura de sus pétalos.
Es justo angustiarse con los propios
errores, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden.
Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos. Y si no son tuyos, no hay motivo
para molestarse...
—¡Eso es vivir como las flores!
* Cuento anónimo sufí del libro "Estaciones del alma" de Isabel Vega
* Cuento anónimo sufí del libro "Estaciones del alma" de Isabel Vega

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